Su trabajo en una farmacia y como voluntario lo pusieron en el camino hacia una carrera médica
Por Lucien Chauvin, American Heart Association News
Charlie Pérez-Suárez consiguió su primer trabajo tan pronto cumplió 16 años, una forma de ayudar a sus padres, inmigrantes de Michoacán, México.
Ese trabajo en una farmacia en Warrenville, Illinois, un suburbio de Chicago, lo pondría en un camino a veces tortuoso hacia una carrera de medicina.
"Pregunté si había posibilidad de trabajar en la farmacia porque ninguno de los farmacéuticos hablaba español", dijo él. "Aceptaron, e inmediatamente me di cuenta de que me gustaba trabajar en la atención médica y con los pacientes".
Pérez-Suárez se mudó a Peoria para estudiar en Bradley University, el primero de su familia en asistir a la universidad. Su especialización, ciencias biomédicas, incluía las clases básicas que necesitaría para decidirse por una carrera médica. Primero pensó en estudiar para ser farmacéutico y luego para ser dentista, pero un correo electrónico acerca de una clínica gratuita que proporcionaba atención médica especializada captó su atención. La clínica necesitaba intérpretes de español, así que se inscribió como voluntario después de completar su segundo año en Bradley.
El trabajo le trajo muchos recuerdos de crecer en un hogar donde se hablaba español. Esto lo ayudó a elegir su carrera.
"Cuando tenía 5 años, traducía para mis padres", dijo Pérez-Suárez. "Apenas estaba aprendiendo a leer y ya estaba traduciendo documentos legales. Traducía en la tienda o en una cita médica. Eso tuvo un impacto profundo en todos los aspectos de mi vida".
Pérez-Suárez hizo todo tipo de trabajos en la clínica, incluso atender la recepción y ayudar con la inscripción de los pacientes. Pero el empujón final a su decisión lo dio una interpretación que hizo para una paciente callada.
"La primera paciente para quien traduje se parecía mucho a mi mamá", dijo él. "Tan pronto como ella escuchó que yo hablaba español, su ánimo se levantó y empezó a hablar mucho más. Fue realmente gratificante. Me hacía pensar en mis padres".
Después de ese verano, cambió de especialización para su tercer año en la universidad, esta vez como estudiante del curso introductorio a medicina. Sus asignaturas en biomedicina satisfacían los requisitos del curso, pero necesitaba concentrarse en el examen MCAT para calificar para la facultad de medicina.
Pérez-Suárez está cursando ahora su último año en la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois Peoria. Terminará sus cursos en febrero y se graduará en mayo. Es un becario en la National Hispanic Latino Cardiovascular Collaborative de la American Heart Association, un programa que promueve el tratamiento y la prevención de la enfermedad cardíaca y el derrame cerebral y la eliminación de las disparidades en la salud para la población hispana en Estados Unidos.
Después de graduarse, Pérez-Suárez quiere trabajar en algo relacionado con el corazón, pero se debate entre la cardiología pediátrica y la cardiología para adultos. Le interesa particularmente la electrofisiología cardíaca, que se enfoca en los problemas del ritmo cardíaco.
"Me encanta la cardiología. Con el corazón todo tiene sentido", dijo Pérez-Suárez. Recuerda que investigó sobre la arritmia durante un verano en Chicago. Un médico tratante le permitió ponerse ropa quirúrgica y observar una cirugía. "Cuando tienes a alguien que te da la bienvenida, eso acrecienta tu interés", dijo él.
A pesar de las exigencias de sus estudios médicos, Pérez-Suárez continúa su labor en la clínica Córdoba Healthcare en Peoria, donde ahora entrena a nuevos voluntarios.
Kathy Mohns, una enfermera que ha estado con la clínica desde sus comienzos, dijo que a Pérez-Suárez se le va a echar mucho de menos cuando se gradúe.
"Charlie es sencillamente un joven increíble. Su contribución aquí a lo largo de todos estos años ha sido importante en muchos aspectos, y voy a extrañarlo", dijo ella. "Estoy muy entusiasmada por su carrera porque será una persona valiosísima dondequiera que vaya".
Pérez-Suárez también ayudó a establecer un programa de admisiones directas que el año pasado unió a Bradley y a la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois Peoria.
"Cuando comencé la escuela de medicina, presentamos la idea del programa de admisiones directas como una forma de mantener a los médicos en Peoria", dijo él. "Ahora, si te aceptan en este programa en Bradley, y siempre y cuando mantengas cierto promedio (GPA, por sus siglas en ingles) y una determinada calificación MCAT, se te garantiza la aceptación en la Facultad de Medicina. Fue bueno llevar ese plan a la práctica", dijo él.
Aunque pudiera parecer difícil imaginarse a Pérez-Suárez incorporando aún más actividades en su vida, encuentra el tiempo para disfrutarla: atiende a sus dos perros, se enseñó a tocar guitarra y corre. Está entrenando para el maratón de Chicago en octubre.
Las actividades extracurriculares le ayudan a mantenerse con los pies en la tierra. "Sentí que estaba comenzando a agotarme mientras estaba en la escuela de medicina, así que elegí correr. Me ayuda a mantenerme enfocado", dijo él.
Después de graduarse en mayo, quiere hacer la residencia médica en una ciudad grande con muchos hispanohablantes.
"Se necesitan médicos, especialmente cardiólogos, que hablen español", dijo él.
"Esto es algo que toca una fibra sensible debido a mi experiencia con mis padres", dijo él. "La única vez que no tuve que traducir fue con mi pediatra, que hablaba español. Aunque era un niño, pude ver la diferencia que eso significó para mi madre".